En un cruce de diagonales, que marca en una forma muy particular la estructura urbana de la ciudad, en terrenos en donde se instalan los servicios generales del Automóvil Club Argentino, en la Ciudad de Neuquén, a la manera de cuña en la intersección de 25 de Mayo y Buenos Aires se desarrolla el proyecto.
El terreno es de una geometría que dificulta el despliegue de automóviles en los estacionamientos. Por lo tanto, se tomó una decisión que resuelve dos problemas: un ingreso independiente para aliviar el uso del suelo que culmina en un elevador que baja o sube a la manera de los buques que portan aviones. La operación dio por resultado un acceso común vehicular y peatonal como de “calle propia” a la manera de algunos hoteles de prestigio de Buenos Aires y del interior del país.
Por la naturaleza del trabajo de la región y las extensiones a recorrer, los actores se mueven fuertemente hacia esta ciudad prestadora de servicios, por lo tanto, autos y utilitarios de gran porte tienen un protagonismo importante.
Sin embargo, el pasajero no es dejado de lado, no pierde su categoría, siendo asistido en toda clase de servicios en la planta baja de dominio de lo urbano así como también en el resto del edificio.
El proyecto está claramente diferenciado en esta planta, una suerte de diagonal estructural que organiza la gastronomía con el estar y la recepción. El bar funde en el extremo de la cuña las dos actividades.
Consta de una planta tipo de 13 unidades en el número de 9, más 2 especiales en el segundo piso completando 119 células, algunas de ellas, pueden ser reinventadas como oficinas. Un subsuelo de estacionamientos, servicios para empleados, lavandería, más dos plantas superiores para ubicar automóviles reunidas con un ascensor para vehículos en un número de 55 estacionados y protegidos en el interior del edificio. Cabe destacar que los estacionamientos del segundo piso podrían ser reinventados como un salón de convenciones mediante el retiro transitorio de los mismos con una instalación acorde a las circunstancias.
El remate es de una plaza – solarium, en altura, que recompone el uso del suelo tal cual como lo desarrolló el experimento corbusierano. Pileta y servicios completan el nivel superior.
Las superficies del emprendimiento se resuelven en 6406 m2. emergidos y 769 m2. sumergidos haciendo un total de 7175 m2.
El terreno es de una geometría que dificulta el despliegue de automóviles en los estacionamientos. Por lo tanto, se tomó una decisión que resuelve dos problemas: un ingreso independiente para aliviar el uso del suelo que culmina en un elevador que baja o sube a la manera de los buques que portan aviones. La operación dio por resultado un acceso común vehicular y peatonal como de “calle propia” a la manera de algunos hoteles de prestigio de Buenos Aires y del interior del país.
Por la naturaleza del trabajo de la región y las extensiones a recorrer, los actores se mueven fuertemente hacia esta ciudad prestadora de servicios, por lo tanto, autos y utilitarios de gran porte tienen un protagonismo importante.
Sin embargo, el pasajero no es dejado de lado, no pierde su categoría, siendo asistido en toda clase de servicios en la planta baja de dominio de lo urbano así como también en el resto del edificio.
El proyecto está claramente diferenciado en esta planta, una suerte de diagonal estructural que organiza la gastronomía con el estar y la recepción. El bar funde en el extremo de la cuña las dos actividades.
Consta de una planta tipo de 13 unidades en el número de 9, más 2 especiales en el segundo piso completando 119 células, algunas de ellas, pueden ser reinventadas como oficinas. Un subsuelo de estacionamientos, servicios para empleados, lavandería, más dos plantas superiores para ubicar automóviles reunidas con un ascensor para vehículos en un número de 55 estacionados y protegidos en el interior del edificio. Cabe destacar que los estacionamientos del segundo piso podrían ser reinventados como un salón de convenciones mediante el retiro transitorio de los mismos con una instalación acorde a las circunstancias.
El remate es de una plaza – solarium, en altura, que recompone el uso del suelo tal cual como lo desarrolló el experimento corbusierano. Pileta y servicios completan el nivel superior.
Las superficies del emprendimiento se resuelven en 6406 m2. emergidos y 769 m2. sumergidos haciendo un total de 7175 m2.